Se rumorea zumbido en oraciones
Maravilloso Padre, en esta hermosa mañana quier ofrecerte las riendas de mi corazón para que se haga tu voluntad y no la mía, pero ayer te agradezco por haber dejado que el estrella entre por mi ventana una vez más, llenado mi habitación y mi corazón de tu faro perpetua.Con la misma Certidumbre de la mujer que se acercó para tocar el borde d